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Te entiendo perfecto…  Yo también me sentí incómoda…

Soy Psicóloga titulada de la Universidad Diego Portales. Mi trayectoria laboral comienza en el cargo de Analista de Selección en el área de Recursos Humanos de una reconocida Clínica de Santiago.

A los poco andar, se me ofrece la posibilidad de asumir la Jefatura del Departamento; sin embargo, decido no tomar la oportunidad, pese a tener conciencia de que enfrentar dicho desafío laboral habría significado un importante impulso en mi carrera profesional.


Mi intuición y mi corazón me decían que mi futuro laboral no estaba ahí. Por un lado el ambiente competitivo de la empresa, el acelerado ritmo de trabajo y el trato frío y poco cercano de algunos de sus miembros, me hacían sentir poco equilibrada emocionalmente, ansiosa e incómoda, situación que a su vez y por otro lado me hacía cuestionarme y me llevaba a pensar que quizás era yo la que no lograba "encajar" en es sistema laboral.

Poco a poco fui reduciendo mi jornada laboral, para luego optar por trabajar de manera freelance, prestando servicio a diferentes Consultoras de Recursos Humanos. Ese formato laboral se ajustó más a mis expectativas, ya que me permitió manejar mejor mis tiempos y ritmos, permitiéndome además destinar tiempo adicional a otros temas de mi interés.

Años después, motivada por dar un paso más en mi desarrollo personal y laboral, decido acercarme  al área de la Psicología Clínica, ya que era lo que en un principio me había motivado a estudiar la carrera de Psicología y que había decidido postergar por sumar primero mayor experiencia laboral y alcanzar un mayor desarrollo personal.

De este modo,  me capacité en el trabajo con Flores de Bach, aspecto que me permitió ir desenvolviendo y entrelazando ambas áreas de mi profesión. 

Por otra parte , una vivencia personal ocurrida a mediados de ese mismo año (2016), gatilla mi interés y motivación por replantear mi forma de trabajar y encauzar mi energía hacia un tema poco conocido en nuestro país.

Mi hijo menor (un niño tranquilo, buen alumno, deportista y muy querido por sus compañeros)  que cursaba en esa época 1° básico,  manifiesta repentina y sorpresivamente un fuerte estado ansioso y gran desmotivación por ir al colegio. Junto a mi marido decidimos contactar a una Psicóloga especialista en infancia, la que nos recomienda evaluarlo con un Psiquiatra, ya que según su apreciación él no podría enfrentar dicha situación sin apoyo farmacológico. Haciendo caso a nuestra intuición de padres, decidimos buscar una segunda opinión, ya que considerábamos que su diagnóstico no nos parecía acertado y la solución que nos entregaba tampoco nos parecía apropiada. Finalmente, luego de un par de sesiones con otra profesional, logramos sacar a nuestro hijo adelante; se reintegró al colegio con normalidad y continuamos nuestras vidas dejando atrás aquel episodio… aunque  nunca lo olvidamos por completo…

Al poco tiempo, leo un artículo sobre las Personas Altamente Sensibles (PAS), lo que despierta en mí un gran interés y curiosidad. Luego de informarme e investigar sobre las PAS, pude reconocer y ver perfectamente retratado a mi hijo en ese rasgo y de paso a mi hija mayor y … a mí misma.

Finalmente…. ¡todo calzaba, todo tenía sentido y sentí un gran alivio!    

Fue así como descubrí sobre la Alta Sensibilidad. Me propuse seguir investigando, no sólo como una forma de comprender y apoyar a mis hijos, sino también como una manera de re – conocerme, cambiar la percepción que tenía de mi misma y contribuir en la difusión del tema.


Comprendí por qué no me he sentido tan cómoda por ejemplo en ciertos ambientes laborales y he podido valorar el gran poder que tiene para mí la intuición; una de las grandes virtudes de las PAS.

Descubrir que soy Altamente Sensible, comprender cómo soy, trabajar en mis debilidades y lograr un mayor equilibrio emocional, me han permitido como Psicóloga poder acompañar a otras personas a descubrir su Alta Sensibilidad, trabajar en su rasgo y mejorar su calidad de vida, tal como me pasó a mí.

No hay recetas únicas para conducir la Alta Sensibilidad, porque todas las personas somos diferentes, con una historia, crianza, valores y objetivos distintos en la vida. 


Si tu Alta Sensibilidad te está complicando en ciertos aspectos de tu vida, te ofrezco acompañarte en la ruta del autoconocimiento, para que recuperes la tranquilidad, la calma y mejores tu calidad de vida.

La Alta Sensibilidad lejos de limitarte, puede transformarse en una herramienta o recurso relevante en tu vida.


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